jueves, 15 de noviembre de 2007

Joseph Merrick: el hombre elefante.


"Una cosa que siempre me entristeció de Merrick
era el hecho de que no podía sonreír.
Fuera cual fuese su alegría, su rostro permanecía impasible.
Podía llorar, pero no podía sonreír."
Sir Frederick Treves


Creo que recordaré siempre lo atroz de la adolescencia, esa epoca en que la cara la tenía llena de
aceite y espinillas, el cuello largo y las piernas torpes, ninguna ropa me quedaba bien, en mi curso yo era la unica con 14 años, todos eran mayores que yo, y parecía que hacía mucho habían cruzado esa etapa sin tanto dolor, era casi la fea del grupo, fue muy duro para mi, bastante.
Pero resulta que eso no duró mucho, y ya después era igual que los demás y no me sentía extraña y rara, claro que no intento mucho recordar esos tiempos porque las heridas cicatrizadas duelen todavía.
Ahora bien, ¿para qué traigo esto a colacion?, para hacer una comparacion absurda, pero válida, entre ese corto tiempo en que fui un bicho raro y los 27 años en que Joseph Merrick, un joven londinense del siglo XIX tuvo que vivir siendo el hombre más monstruoso de la historia hasta entonces (para ser sinceros, hasta hoy, pero ni él ni los que vivian entonces lo sabían). Sufría de una terrible enfermedad: el sindrome de proteo, la cual, gracias a Dios y a la genetica, es muy rara, y en el se presentó de forma terrible, era pobre y contaba con una madre amorosa que le prodigó todos los cuidados que cualquier niño necesita y el más, especialmente en aquella Londres excluyente, hasta los once años, cuando ocurrió lo que el mismo denominó "el gran infortunio de mi vida" su mamá murió dejandolo con un padre que se casó con una mujer malvada que lo humiló hasta el cansancio, el pobre niño deformado ya, escapó muchas veces, y todas menos la última su padre fue por el, le consiguió un permiso de vendedor ambulante pero nadie quería abrir sus puertas a ese monstruo y además los niños lo perseguian arrojandole piedras e insultos.
Su vida fue exageradametne dura, hasta que se empleó como fenomeno de circo, que fue la primera vez, a pesar de lo que pudiera pensarse que fue tratado de forma digna, fue precisamente en una de las presentaciones en que conoció a alguien que se interesó en el de forma cientifica y amistosa el Dr Sir Frederick Treves, quien era medico y se propuso estudiar la causa para así sanar la enfermedad, no lo consiguió, pero gracias a él Joseph pudo tener nuevamente algo aprecido a un hogar: un hopital donde vivio hasta el ultimo día de su vida.
Estas cosas las leía aquí: http://axxon.com.ar/rev/145/c-145Divulgacion.htm, donde además hay fotos y explicaciones muy cientificas tanto de la enfermedad que él tuvo como de las que confudieron con su mal, mencionan ahí que Merrick era un hombre extremadamente culto, algo raro en su condicion social y su epoca, que además escribió una autobiografía, la idea inicial de este blog era recomendar cosas que yo me hubiera leido, pero hoy lo que quiero es contarles que me muero por leer ese libro y adentrarme a la tragedia de un hombre bueno atrapado en el cuerpo de un engendro.
Fotos de Joseph tomadas del mismo lugar: http://axxon.com.ar/rev/145/c-145Divulgacion.htm








viernes, 2 de noviembre de 2007

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COLERA


Si ya pasaron por el otro cuarto: http://www.sabanaaloccidente.blogspot.com/, saben que ando con ganas de verme la pelicula: "El amor en los tiempos del cólera", me la quiero ver por muchas y diversas razones, pero yo acá voy a hablar solo de una: el libro en el que se basa, me gusta mucho García Marquez, y diré que Cien Años de Soledad la he leído más de 50 veces y sin dificultad alguna puedo hacer el arbol genealogico de los Buendía y un resumen completo de todo el libro que ha sido para mi fundamental, pero El amor en los tiempos del cólera, en mi humildisima opinión es el libro más maravilloso que gabito pudo escribir, una historia de amor a prueba de todo, pero no un amor inmaculado, sino un amor como el de cualquier mortal con defectos y una que otra mentira, por eso les copio unas lineas que dan fe de lo que hablo: la maestría con que esas 473 páginas estan escritas..

"Florentino Ariza la espiaba maravillado, la perseguía sin aliento, tropezó varias veces con los canastos de la criada que respondió a sus excusas con una sonrisa, y ella le había pasado tan cerca que él alcanzó a percibir la brisa de su olor, y si entonces no lo vio no fue porque no pudiera sino por la altivez de su modo de andar. Le parecía tan bella, tan seductora, tan distinta de la gente común, que no entendía por qué nadie se trastornaba como él con las castañuelas de sus tacones en los adoquines de la calle, ni se le desordenaba el corazón con el aire de los suspiros de sus volantes, ni se volvía loco de amor todo el mundo con los vientos de su treza, el vuelo de sus manos, el oro de su risa. No había perdido un gesto suyo, ni un indicio de su carácter, pero no se atrevía a acercársele por el temor de malograr el encanto."

Ah, además para los que les gusta Carlos Vives, en esas mismas páginas van a encontrar la ubicación exacta de la tierra del olvido...


Bonus track: dos canciones de la banda sonora de la pelicula, ambas por Shakira:

Hay amores:


La despedida:

sábado, 20 de octubre de 2007

RAYUELA

Capítulo 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

sábado, 6 de octubre de 2007

OTRO CUENTO


Tenía cara de no matar una mosca, pero atrapaba tres de un lengüetazo.
Estaba casada, estaba buena, no tan buena, pero estaba buena, y tenía esa boca, esa boca que se tragó a más de uno, a su marido, a mí: su muñeco.
La gente cree que en los museos solo se conocen mujeres feas, y aburridas, eso es bueno, porque somos pocos los que cazamos allá, en esas estaba yo con un buen señuelo: mis esculturas, cuando ella con sus piernas largas y sus manos blancas de dedos kilométricos se me atravesó en la cabeza como una locomotora.
Tenía ese modo de hablar entre inocente y pervertido, que confunde, de pronto crees que si le respondes atrevidamente ella abrirá las piernas y resulta que entonces lo mira a uno de pies a cabeza y al revés, fulminando cualquier intención con esos ojos de pestañas rizadas sin rimel, pero para no matar del todo la ilusión se mordía el labio inferior y yo sentía que la quería perseguir hasta Siberia, si tocaba.
El marido era un buen tipo, ellas se parecen a nosotros más de lo que quisiéramos, se casan con el hombre bueno que les de tranquilidad, pero quieren revolcarse con un cualquiera, igual que nosotros. Y conmigo se revolcó muchas tardes. Era una mujer de ciudad, nació en Bogotá y ahí vivió toda su vida, lo bueno de las mujeres de ciudad es que no necesitan tantas promesas para darlo, porque todas lo dan, lo que pasa es que las niñas de pueblo necesitan que uno les prometa esto y lo otro, y no son tontas ellas saben que esas promesas no son más que migas de pan hasta la cama, pero con eso se convencen de no ser unas putas y además tienen con que demostrarle al que les reproche algo que lo dieron no porque quisieron sino porque uno es un hijueputa que las engatusó, no, con las mujeres de ciudad es menos teatral la cosa, si no quieren darlo no lo dan, si quieren lo dan y no se andan con cuentos, ella es de ciudad, ella quería darlo, así que ella lo dio, y de que manera.
Trabajaba en una empresa grande e importante, como asesora de algo de imagen y marketing, ese es uno de los muchos temas que no entiendo y menos entiendo que ganen cantidades exorbitantes de dinero los “genios” que trabajan en eso, entonces ella era asesora y no cumplía horario, cuando menos esperaba sonaba el celular:
- Voy para allá.
Inicialmente mi idea era otra, creí que era una mujer de vida aburrida, que el marido no la tenía contenta, que había que llevarla a mi apartamento cuando yo pudiera y quisiera, y que con eso estaría feliz, pero no, yo era su puta, espérame y esperaba, vete y me iba, llámame y la llamaba, piérdete y me perdía, me perdía pero le rogaba a un Dios al que solo le pido a veces que apareciera con su entrepierna del diablo y su pelo liso a malograrme la vida, a veces pedía pocas noches, a veces pedía meses enteros.
Pero siempre aparecía, hablaba mucho, usaba un perfume que olía inmundo, y no tenía problemas en conversar minutos eternos con el marido mientras estaba encima mío.
Y yo hubiera ido a Siberia por ella.
Yo vivo solo desde que tengo 15 años, pago las facturas, voy al mercado, lavo la ropa, hago esculturas que se venden bien, cuando quiero esculpo y vendo, cuando no quiero no esculpo ni mierda y vivo de lo que ya vendí, supongo que esa vida al garete era lo que le tenía el ombligo enterrado en mi almohada.
Nunca había podido quedar embarazada, ella y el marido soñaban con un hijo, de cualquier sexo, llevaba 5 años casada, “tirando como Dios manda” decía ella, que tenía una concepción bastante libertina de Dios, y nada, ya se habían hecho mil exámenes y los dos estaban bien, pero a pesar de todo no había hijos. Yo por mi parte no quería tenerlos ni con ella ni con ninguna, no me aguanto a los niños, así que gasté fortunas en condones, porque una mujer que quiere quedar embarazada no se cuida, cosa distinta debe hacer un hombre que no quiere poblar la faz de la tierra.
No creo en la fidelidad, ni en la monogamia, no creo que nadie deba acostarse con una sola persona en la vida, así que antes que esta hiena del averno me preguntara por una de mis esculturas en aquel museo yo tenía muchas amantes, que fueron yéndose o las fui sacando de mi cama para abrirle espacio a ella, que lo devoraba todo, que no compartía nada.
La odiaba y me odiaba a mí por eso. Ella dormía todas las noches con el marido y yo tenía que dormir solo pensando que al día siguiente la mandaría a la mierda y me buscaría otra hembra, en el mejor de los casos muchas hembras que respondieran como micos amaestrados a mis más depravados deseos. Pero amanecía y mientras cincelaba la piedra o moldeaba la arcilla miraba el celular como loco esperando que sonara la canción de porquería que era su ringtone.
Al final uno se va acostumbrando a todo, y yo me acostumbré a la incertidumbre de ser la mascota barata de una mujer casada, de una mujer que era un hombre con piernas y tetas de vieja, me acostumbre a vivir como las amantes de los tipos de las novelas del medio día, que se alegran porque las visitan dos minutos el día de la navidad, les hacen rico y se van a compartir con sus familias, así estaba yo, comiendo feliz las migajas que dejaba tiradas el marido de ella, que podía tenerla todas las madrugadas de frío. Me resigné a vivir a pedacitos.
Pero un día, llegó radiante, con las mejillas rosadas: se acababa de acostar con el marido, yo conocía ese rubor de después del placer, quise gritarle que era un puta de mierda, que no me buscara más, que se muriera, pero esas son las cosas que me gritaban a mi antes las otras viejas, además podía aguantarme eso y más con tal de tenerla desnuda y temblando en mi cama.
- Estoy embarazada,
Tuve que morderme la lengua para no decir lo que ya tenía mecanizado: no es mío, no era la primera vez que una mujer me decía eso, nunca me importó si eran míos o no, fueron todas convencidas de la salida más justa: un aborto. Pero yo no le hubiera dicho eso a ella, porque NUNCA JAMAS DE LOS JAMASES lo hicimos sin condón, y porque y ésta es la razón más poderosa, si el hijo era mío ella lo negaría porque con el único con el que quería tener hijos era con su marido (esposa) y no conmigo (la moza).
- ¿Qué dijo el?
Fue todo lo que pregunté, se derramó como una catarata en un discurso pendejo del hijo y el marido, y de agradecimiento por haberla ayudado ¿qué ayuda le di? ¿yo era un terapeuta? ¿le quité el estrés que no la dejaba preñarse? ¿la preñé? Sí solo le di un servicio ¿me pagaría una liquidación? Pero no le dije nada, porque tenía la lengua atorada y el corazón astillado, porque lo único que quería decirle era que se quedara para siempre conmigo, que yo le criaría su hijo, que podía ser ese proveedor que quería, que me afeitaría la barba, que me peinaría le pelo, que me borraría los tatuajes que la alborotaban pero que no toleraba fuera de la cama, para que por favor no se fuera, pero yo no soy una hembra pendeja, yo soy un varón, y ella no es más que una vagabunda de traje oscuro, me mordí el labio, la miré a los ojos, antes cuando me mordía el labio y la miraba a los ojos ella entendía: se mordía ese labio inferior que es pura carne jugosa, pero esa vez me miró como se mira a un maniquí, y siguió hablando.
No me dijo que no iba a volver más, pero lo supe, porque ella es una dama ante todo, y las damas cuando están preñadas no tiran con un hombre que no sea el marido.
Así que aquí estoy solo, rumiando el dolor y la rabia, ahogandome en un charco de recuerdos, despierto al alba, destrozado y sin una mujer.











Imagenes tomadas de: http://www.fotografia.net/






miércoles, 19 de septiembre de 2007

El hombre muerto

Acá traigo un cuento de Horacio Quiroga, lo leí por la misma época en que leí el sueño del pongo, y en el mismo libro: el de español y literatura 9 de voluntad, de los mejores libros de texto que tuve, solo comparable con Antologia del lenguaje 5, lo pone a uno de frente con la fragilidad de la vida y la levedad del hombre:

El hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal. Faltábanles aún dos calles; pero como en éstas abundaban las chircas y malvas silvestres, la tarea que tenían por delante era muy poca cosa. El hombre echó, en consecuencia, una mirada satisfecha a los arbustos rozados y cruzó el alambrado para tenderse un rato en la gramilla.
Mas al bajar el alambre de púa y pasar el cuerpo, su pie izquierdo resbaló sobre un trozo de corteza desprendida del poste, a tiempo que el machete se le escapaba de la mano. Mientras caía, el hombre tuvo la impresión sumamente lejana de no ver el machete de plano en el suelo.
Ya estaba tendido en la gramilla, acostado sobre el lado derecho, tal como él quería. La boca, que acababa de abrírsele en toda su extensión, acababa también de cerrarse. Estaba como hubiera deseado estar, las rodillas dobladas y la mano izquierda sobre el pecho. Sólo que tras el antebrazo, e inmediatamente por debajo del cinto, surgían de su camisa el puño y la mitad de la hoja del machete, pero el resto no se veía.
El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñadura del machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia.
La muerte. En el transcurso de la vida se piensa muchas veces en que un día, tras años, meses, semanas y días preparatorios, llegaremos a nuestro turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal, aceptada y prevista; tanto, que solemos dejarnos llevar placenteramente por la imaginación a ese momento, supremo entre todos, en que lanzamos el último suspiro.
Pero entre el instante actual y esa postrera expiración, ¡qué de sueños, trastornos, esperanzas y dramas presumimos en nuestra vida! ¡Qué nos reserva aún esta existencia llena de vigor, antes de su eliminación del escenario humano!
Es éste el consuelo, el placer y la razón de nuestras divagaciones mortuorias: ¡Tan lejos está la muerte, y tan imprevisto lo que debemos vivir aún!
¿Aún...? No han pasado dos segundos: el sol está exactamente a la misma altura; las sombras no han avanzado un milímetro. Bruscamente, acaban de resolverse para el hombre tendido las divagaciones a largo plazo: Se está muriendo.
Muerto. Puede considerarse muerto en su cómoda postura.
Pero el hombre abre los ojos y mira. ¿Qué tiempo ha pasado? ¿Qué cataclismo ha sobrevivido en el mundo? ¿Qué trastorno de la naturaleza trasuda el horrible acontecimiento?
Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir.
El hambre resiste —¡es tan imprevisto ese horror! y piensa: Es una pesadilla; ¡esto es! ¿Qué ha cambiado? Nada. Y mira: ¿No es acaso ese bananal? ¿No viene todas las mañanas a limpiarlo? ¿Quién lo conoce como él? Ve perfectamente el bananal, muy raleado, y las anchas hojas desnudas al sol. Allí están, muy cerca, deshilachadas por el viento. Pero ahora no se mueven... Es la calma del mediodía; pero deben ser las doce.
Por entre los bananos, allá arriba, el hombre ve desde el duro suelo el techo rojo de su casa. A la izquierda entrevé el monte y la capuera de canelas. No alcanza a ver más, pero sabe muy bien que a sus espaldas está el camino al puerto nuevo; y que en la dirección de su cabeza, allá abajo, yace en el fondo del valle el Paraná dormido como un lago. Todo, todo exactamente como siempre; el sol de fuego, el aire vibrante y solitario, los bananos inmóviles, el alambrado de postes muy gruesos y altos que pronto tendrá que cambiar...
¡Muerto! ¿Pero es posible? ¿No es éste uno de los tantos días en que ha salido al amanecer de su casa con el machete en la mano? ¿No está allí mismo con el machete en la mano? ¿No está allí mismo, a cuatro metros de él, su caballo, su malacara, oliendo parsimoniosamente el alambre de púa?
¡Pero sí! Alguien silba. No puede ver, porque está de espaldas al camino; mas siente resonar en el puentecito los pasos del caballo... Es el muchacho que pasa todas las mañanas hacia el puerto nuevo, a las once y media. Y siempre silbando.. Desde el poste descascarado que toca casi con las botas, hasta el cerco vivo de monte que separa el bananal del camino, hay quince metros largos. Lo sabe perfectamente bien, porque él mismo, al levantar el alambrado, midió la distancia.
¿Qué pasa, entonces? ¿Es ése o no un natural mediodía de los tantos en Misiones, en su monte, en su potrero, en el bananal ralo? ¡Sin dada! Gramilla corta, conos de hormigas, silencio, sol a plomo...
Nada, nada ha cambiado. Sólo él es distinto. Desde hace dos minutos su persona, su personalidad viviente, nada tiene ya que ver ni con el potrero, que formó él mismo a azada, durante cinco meses consecutivos, ni con el bananal, obras de sus solas manos. Ni con su familia. Ha sido arrancado bruscamente, naturalmente, por obra de una cáscara lustrosa y un machete en el vientre. Hace dos minutos: Se muere.
El hombre muy fatigado y tendido en la gramilla sobre el costado derecho, se resiste siempre a admitir un fenómeno de esa trascendencia, ante el aspecto normal y monótono de cuanto mira. Sabe bien la hora: las once y media... El muchacho de todos los días acaba de pasar el puente.
¡Pero no es posible que haya resbalado..! El mango de su machote (pronto deberá cambiarlo por otro; tiene ya poco vuelo) estaba perfectamente oprimido entre su mano izquierda y el alambre de púa. Tras diez años de bosque, él sabe muy bien cómo se maneja un machete de monte. Está solamente muy fatigado del trabajo de esa mañana, y descansa un rato como de costumbre.
¿La prueba..? ¡Pero esa gramilla que entra ahora por la comisura de su boca la plantó él mismo en panes de tierra distantes un metro uno de otro! ¡Ya ése es su bananal; y ése es su malacara, resoplando cauteloso ante las púas del alambre! Lo ve perfectamente; sabe que no se atreve a doblar la esquina del alambrado, porque él está echado casi al pie del poste. Lo distingue muy bien; y ve los hilos oscuros de sudor que arrancan de la cruz y del anca. El sol cae a plomo, y la calma es muy grande, pues ni un fleco de los bananos se mueve. Todos los días, como ése, ha visto las mismas cosas.
...Muy fatigado, pero descansa solo. Deben de haber pasado ya varios minutos... Y a las doce menos cuarto, desde allá arriba, desde el chalet de techo rojo, se desprenderán hacia el bananal su mujer y sus dos hijos, a buscarlo para almorzar. Oye siempre, antes que las demás, la voz de su chico menor que quiere soltarse de la mano de su madre: ¡Piapiá! ¡ Piapiá!
¿No es eso... ? ¡Claro, oye! Ya es la hora. Oye efectivamente la voz de su hijo...
¡Qué pesadilla...! ¡Pero es uno de los tantos días, trivial como todos, claro está! Luz excesiva, sombras amarillentas, calor silencioso de horno sobre la carne, que hace sudar al malacara inmóvil ante el bananal prohibido.
...Muy cansado, mucho, pero nada más. ¡Cuántas veces, a mediodía como ahora, ha cruzado volviendo a casa ese potrero, que era capuera cuando él llegó, y antes había sido monte virgen! Volvía entonces, muy fatigado también, con su machete pendiente de la mano izquierda, a lentos pasos.
Puede aún alejarse con la mente, si quiere; puede si quiere abandonar un instante su cuerpo y ver desde el tejamar por él construido, el trivial paisaje de siempre: el pedregullo volcánico con gramas rígidas; el bananal y su arena roja: el alambrado empequeñecido en la pendiente, que se acoda hacia el camino. Y más lejos aún ver el potrero, obra sola de sus manos. Y al pie de un poste descascarado, echado sobre el costado derecho y las piernas recogidas, exactamente como todos los días, puede verse a él mismo, como un pequeño bulto asoleado sobre la gramilla —descansando, porque está muy cansado.
Pero el caballo rayado de sudor, e inmóvil de cautela ante el esquinado del alambrado, ve también al hombre en el suelo y no se atreve a costear el bananal como desearía. Ante las voces que ya están próximas —¡Piapiá!— vuelve un largo, largo rato las orejas inmóviles al bulto: y tranquilizado al fin, se decide a pasar entre el poste y el hombre tendido que ya ha descansado.

el sueño del pongo

"El sueño del Pongo" de José María Arguedas
Un hombrecito se encaminó a la casa-hacienda de su patrón. Como era siervo iba a cumplir el turno de pongo, de sirviente en la gran residencia. Era pequeño, de cuerpo miserable, de ánimo débil, todo lamentable; sus ropas viejas.
El gran señor, patrón de la hacienda, no pudo contener la risa cuando el hombrecito lo saludo en el corredor de la residencia.
¿Eres gente u otra cosa? - le preguntó delante de todos los hombres y mujeres que estaban de servicio.
Humillándose, el pongo contestó. Atemorizado, con los ojos helados, se quedó de pie.
¡A ver! - dijo el patrón - por lo menos sabrá lavar ollas, siquiera podrá manejar la escoba, con esas sus manos que parece que no son nada. ¿Llévate esta inmundicia! - ordenó al mandón de la hacienda.
Arrodillándose, el pongo le besó las manos al patrón y, todo agachado, siguió al mandón hasta la cocina.
El hombrecito tenía el cuerpo pequeño, sus fuerzas eran sin embargo como las de un hombre común. Todo cuanto le ordenaban hacer lo hacía bien. Pero había un poco como de espanto en su rostro; algunos siervos se reían de verlo así, otros lo compadecían. "Huérfano de huérfanos; hijo del viento de la luna debe ser el frío de sus ojos, el corazón pura tristeza", había dicho la mestiza cocinera, viéndolo.
El hombrecito no hablaba con nadie; trabajaba callado; comía en silencio. Todo cuanto le ordenaban, cumplía. "Sí, papacito; sí, mamacita", era cuanto solía decir.
Quizá a causa de tener una cierta expresión de espanto, y por su ropa tan haraposa y acaso, también porque quería hablar, el patrón sintió un especial desprecio por el hombrecito. Al anochecer, cuando los siervos se reunían para rezar el Ave María, en el corredor de la casa-hacienda, a esa hora, el patrón martirizaba siempre al pongo delante de toda la servidumbre; lo sacudía como a un trozo de pellejo.
Lo empujaba de la cabeza y lo obligaba a que se arrodillara y, así, cuando ya estaba hincado, le daba golpes suaves en la cara.
Creo que eres perro. ¡Ladra! - le decía.
El hombrecito no podía ladrar.
Ponte en cuatro patas - le ordenaba entonces-
El pongo obedecía, y daba unos pasos en cuatro pies.
Trota de costado, como perro - seguía ordenándole el hacendado.
El hombrecito sabía correr imitando a los perros pequeños de la puna.
El patrón reía de muy buena gana; la risa le sacudía todo el cuerpo.
¡Regresa! - le gritaba cuando el sirviente alcanzaba trotando el extremo del gran corredor.
El pongo volvía, corriendo de costadito. Llegaba fatigado.
Algunos de sus semejantes, siervos, rezaban mientras tanto el Ave María, despacio, como viento interior en el corazón.
¡Alza las orejas ahora, vizcacha! ¡Vizcacha eres! - mandaba el señor al cansado hombrecito. - Siéntate en dos patas; empalma las manos.
Como si en el vientre de su madre hubiera sufrido la influencia modelante de alguna vizcacha, el pongo imitaba exactamente la figura de uno de estos animalitos, cuando permanecen quietos, como orando sobre las rocas. Pero no podía alzar las orejas.
Golpeándolo con la bota, sin patearlo fuerte, el patrón derribaba al hombrecito sobre el piso de ladrillo del corredor.
Recemos el Padrenuestro - decía luego el patrón a sus indios, que esperaban en fila.
El pongo se levantaba a pocos, y no podía rezar porque no estaba en el lugar que le correspondía ni ese lugar correspondía a nadie.
En el oscurecer, los siervos bajaban del corredor al patio y se dirigían al caserío de la hacienda.
¡Vete pancita! - solía ordenar, después, el patrón al pongo.
Y así, todos los días, el patrón hacía revolcarse a su nuevo pongo, delante de la servidumbre. Lo obligaba a reírse, a fingir llanto. Lo entregó a la mofa de sus iguales, los colonos*.
Pero... una tarde, a la hora del Ave María, cuando el corredor estaba colmado de toda la gente de la hacienda, cuando el patrón empezó a mirar al pongo con sus densos ojos, ése, ese hobrecito, habló muy claramente. Su rostro seguía un poco espantado.
Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte - dijo.
El patrón no oyó lo que oía.
¿Qué? ¿Tú eres quien ha hablado u otro? - preguntó.
Tu licencia, padrecito, para hablarte. Es a ti a quien quiero hablarte - repitió el pongo.
Habla... si puedes - contestó el hacendado.
Padre mío, señor mío, corazón mío - empezó a hablar el hombrecito -. Soñé anoche que habíamos muerto los dos juntos; juntos habíamos muerto.
¿Conmigo? ¿Tú? Cuenta todo, indio - le dijo el gran patrón.
Como éramos hombres muertos, señor mío, aparecimos desnudos. Los dos juntos; desnudos ante nuestro gran Padre San Francisco.
¿Y después? ¡Habla! - ordenó el patrón, entre enojado e inquieto por la curiosidad.
Viéndonos muertos, desnudos, juntos, nuestro gran Padre San Francisco nos examinó con sus ojos que alcanzan y miden no sabemos hasta qué distancia. A ti y a mí nos examinaba, pensando, creo, el corazón de cada uno y lo que éramos y lo que somos. Como hombre rico y grande, tú enfrentabas esos ojos, padre mío.
¿Y tú?
No puedo saber cómo estuve, gran señor. Yo no puedo saber lo que valgo.
Bueno, sigue contando.
Entonces, después, nuestro Padre dijo con su boca: "De todos los ángeles, el más hermoso, que venga. A ese incomparable que lo acompañe otro ángel pequeño, que sea también el más hermoso. Que el ángel pequeño traiga una copa de oro, y la copa de oro llena de la miel de chancaca más transparente".
¿Y entonces? - preguntó el patrón.
Los indios siervos oían, oían al pongo, con atención sin cuenta pero temerosos.
Dueño mío: apenas nuestro gran Padre San Francisco dio la orden, apareció un ángel, brillando, alto como el sol; vino hasta llegar delante de nuestro Padre, caminando despacio. Detrás del ángel mayor marchaba otro pequeño, bello, de luz suave como el resplandor de las flores. Traía en las manos una copa de oro.
¿Y entonces? - repitió el patrón.
"Angel mayor: cubre a este caballero con la miel que está en la copa de oro; que tus manos sean como plumas cuando pasen sobre el cuerpo del hombre", diciendo, ordenó nuestro gran Padre. Y así, el ángel excelso, levantando la miel con sus manos, enlució tu cuerpecito, todo, desde la cabeza hasta las uñas de los pies. Y te erguiste, solo; en el resplandor del cielo la luz de tu cuerpo sobresalía, como si estuviera hecho de oro, transparente.
Así tenía que ser - dijo el patrón, y luego preguntó:
¿Y a ti?
Cuando tú brillabas en el cielo, nuestro Gran Padre San Francisco volvió a ordenar: "Que de todos los ángeles del cielo venga el de menos valer, el más ordinario. Que ese ángel traiga en un tarro de gasolina excremento humano".
¿Y entonces?
Un ángel que ya no valía, viejo, de patas escamosas, al que no le alcanzaban las furzas para mantener las alas en su sitio, llegó ante nuestro gran Padre; llegó bien cansado, con las alas chorreadas, trayendo en las manos un tarro grande. "Oye viejo - ordenó nuestro gran Padre a ese pobre ángel -, embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en esa lata que has traído; todo el cuerpo, de cualquier manera; cúbrelo como puedas. ¡Rápido!". Entonces, con sus manos nudosas, el ángel viejo, sacando el excremento de la lata, me cubrió, desigual, el cuerpo, así como se echa barro en la pared de una casa ordinaria, sin cuidado. Y aparecí avergonzado, en la luz del cielo, apestando...
Así mismo tenía que ser - afirmó el patrón. - ¡Continúa! ¿O todo concluye allí?
No, padrecito mío, señor mío. Cuando nuevamente, aunque ya de otro modo, nos vimos juntos, los dos, ante nuestro Gran padre San Francisco, él volvió a mirarnos, también nuevamente, ya a ti ya a mi, largo rato. Con sus ojos que colmaban el cielo, no sé hasta qué honduras nos alcanzó, juntando la noche con el día, el olvido con la memoria. Y luego dijo: "Todo cuanto los ángeles debían hacer con ustedes ya está hecho. Ahora ¡lámanse el uno al otro! Despacio, por mucho tiempo". El viejo ángel rejuveneció a esa misma hora; sus alas recuperaron su color negro, su gran fuerza. Nuestro Padre le encomendó vigilar que su voluntad se cumpliera.
(*) Indio que pertenece a la hacienda.

cero y van mil.



Cuando yo tenía 10 años y estaba en primero de bachillerato leí sobre la guerra de los 6 días, de como Israel "el pueblo de Dios" después de todo el sufrimiento que los nazis le propinaron había recuperado la tierra prometida, me alegré, me alegré creyendo que los palestinos eran unos miserables que se atrevían a contrariar los deseos de este pueblo bueno. A los 10 años creía muchas cosas que no eran, ni son como las creía.
No tengo nada en absoluto contra el pueblo israelita, ha sido una gran injusticia de occidente cobrarles a sangre y miseria la muerte de Jesucristo, no fueron los nazis los únicos europeos que los maltraron, lo que pasa es que fue el maltrato más reciente, publicitado y más aberrante, pero desde hace siglos Europa ha hincado los colmillos sobre esta gente, todo eso es cierto, pero, ¿en qué parte de la torta podrida entra Palestina?, ¿acaso ellos son los llamados a resarcir a Israel? ¿ellos que no los empujaron a dejar la tierra? ¿que no los quemaron vivos en las hogueras?, ¿que no escribieron mercaderes de venecias estigmatizadores?, ¿ellos que no tuvieron nada que ver con Hittler y compañia?, ellos acaso tenían algo que ver con los norteamericanos, que ahora se autodenominan salvadores de los judios, no hubieran hecho nada contra los campos de concentración hasta que el tercer reich dio muestras de querer cruzar el atlántico?, no, los palestinos nada tuvieron que ver con todo este suplicio, NADA, entonces ¿por qué fueron ellos los obligados a pagar?, ¿por qué por enésima vez Europa calló su conciencia y pago indulgencias con camandula ajena? No se.
Y ahora, cuando ya nos hemos acostumbrado a ver niños, mujeres y hombres luchando por SU TIERRA, por SUS VIDAS, por SU LEGITIMO DERECHO A EXISTIR, tirando piedras a tanques de guerra, ahora resulta que hay aun más, ahora resulta que Gaza ha sido declarada "territorio enemigo", y los más básicos servicios les han sido negados: están sin electricidad, sin combustible, y ya sabemos que sin combustible pronto se agotan los alimentos, no pueden visitar a sus presos, no podrán entrar a Israel, pero resulta que todas esas porquerías, están bien hechas porque las hacen ellos, que no se aun que secreto le tienen a los gringos, pero estos los protegen y con ese respaldo no importa que hace 60 años estas mismas cosas fueran calificadas como barbaras, ahora no lo son, porque no es más que el pueblo palestino el que sufre, y acá en occidente eso no significa nada. Después se preguntan por que pasan las cosas que pasan, no podemos ir por ahí derramando injusticia y barbarie, y esperar a que lo que caiga del cielo sean pétalos de rosas.
PALESTINA es una nación que ha luchado cada día por un derecho inalienable: el derecho a ser, a existir, a ser NACIÓN, no importa todo lo que digan los medios, no importa lo que nos quieran meter procesado al cerebro.
Recuerden israelitas: ¿que eran lo que soñaban cuando vivían en Europa? que respetaran sus derechos, ¿cierto?, y les parecía que no era complicado y además era obvio y lógico, ¿cierto?, pues nada diferente esperan los palestinos, nada diferente esperamos los que vivimos acá en occidente, pero definitivamente no somos "occidentales".


Fotos tomadas de:

http://www.corevia.com/cosal/titulares/palestina/palestina13g.jpg

http://www.enlucha.org/archivos/imagenes/Palestina.jpg

http://herria.galeon.com/irudiak/palestina.jpg

Israel declara a Hamas un grupo terrorista y a Gaza, 'territorio enemigo'

http://www.eltiempo.com/internacional/orientemedio/noticias/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3729099.html

Apocalipsis Gaza: blog de Antonio Ungar en www.semana.com :

http://72.35.86.196/wf_InfoBlog.aspx?IdBlg=31

domingo, 16 de septiembre de 2007

' COSTUME MAKES THE CLOWN '

El titulo es una cancion de Shakira, abajo estan un video de ella y su banda tocandola en Londres y la letra de la canción, es una de las canciones del cd oral fixation 2 que mas me gustan, sabran algunos que me pasa eso con frecuencia: las canciones de un cantante que me rompen el coco nunca son las que más suenan en la radio, nada raro sería que la gran mayoría de ustedes no la haya oido nunca, me gusta por muchas cosas, pero sobretodo porque me recuerda a mi en cierta parte, el comienzo, yo tambien suelo decir que me siento afortunada por tener los senos pequeños y no siempre ha sido así, hasta el punto de la total locura: pensé seriamente ponerme silicona: que atroz!, vivo diciendo que el mundo va a cambiar pero cuando leo los periodicos, o veo a los niños haciendo maromas en los semaforos por unas monedas, ya no estoy tan segura, he repetido hasta el infinito que me importa cinco lo que la gente tenga por decir, pero la verdad bastante daño me hicieron algunos con sus lenguas viperinas, y tambien yo en un momento me estaba creyendo todo lo que decía, porque repetía como un loro un discursito, no digo que ahora no tenga frases preparadas, pero trato de irme deshaciendo de todos esos recursos, no sólo para que los otros me conozcan más, sino para yo no desconocerme.


Told you I felt lucky with my humble breasts
Well I don´t
Said that I was sure the world was gonna change
Well I´m not
Swore I didn´t give a damn ´bout what they say
But I do
Promised that I´ll never ever lie to you

But look at how
I´am takin´ the make-up off my face
Before I forget my own features

Couse I´m not here to let you down
But the costume makes the clown
It´s just life´s anatomy
Don´t be so hard
Don´t be so hard on this
It´s your turn now to cheat on me

The promises I made to you went down the sink
But I really hope I haven´t harmed your self esteem
I´m not a virgin but I´m not the whore you think
And I don´t always smell like strawberries and cream

So look at how
I´m taking the make-up off my face
Before I forget who I am now

´Cause I´m not here to let you down
But the costume makes the clown
That´s just life´s anatomy
Don´t be so hard, don´t be so hard on this
It´s your turn now to cheat on me
Your turn now...

I´m not here to let you down
But the costume makes the clown
It´s just life´anatomy
Don´t be so hard
Don´t be so hard on this
It´s your turn now
Your turn now...
To cheat on me

domingo, 9 de septiembre de 2007

secuestro y muerte II

"No te des por vencido, ni vencido
no te sientas esclavo, ni aun esclavo,
trémulo de pavor piensate bravo
y acomete feroz, ya mal herido"
Alma Fuerte: Pedro Bonifacio Palacios
El once de abril de 2001 se los llevaron vivos y temerosos hasta el monte, por más de cinco años imploramos a quien quiso oirnos que los queríamos, como a todos los otros secuestrados civiles y militares, politicos y economicos, libres y en medio de los que les aman.
El 18 de junio de 2007 fueron muertos, no sabemos por qué ni por quienes, en la mitad de una guerra absurda que no promovieron.
El 28 de junio de 2007 nos levantaron temprano las voces de la radio con la noticia horrible: hace 10 dias fueron asesinados en la selva once de los doce diputados del Valle secuestrados.
Hoy 9 de septiembre de 2007 llegan sus cuerpos sin vida, al seno de sus familias, de donde nunca nadie debió sacarlos porque la libertad no tiene precio y no debe ser objeto que se negocie en ninguna mesa, llegan después de que marchamos pidiendo su regreso a ser enterrados para seguir el duelo.
Somos una nacion grande, no se les olvide, señores de la guerra y de la muerte, nos aburrimos hace rato de esta repeticion de lagrimas y sangre, y lucharemos siempre, cada dia con sus horas y minutos para que la tranquilidad y la justicia, para que el bienestar y la equidad vuelvan a ser cosa de todos lo días en esta tierra.
Llegaron a Cali cuerpos que serían de ex diputados del Valle muertos en cautiverio
Fotos de los diputados cuando aun vivían y estaba secuestrados por las FARC

lunes, 3 de septiembre de 2007

Exageradito..




viernes, 31 de agosto de 2007

Casi se cae el avion nuevo del presidente

Saben que estoy buscandole la comba al palo de la caricatura y ahivoy dandole poco a poco, esta vez me he robado un chiste que mi marido hizo hace 2 dias al oir la noticia del avion de Uribe y sus ventanas rotas.


martes, 28 de agosto de 2007

Arde el palacio.

"Los cadaveres se guardan
o se esconden en el río
en palacios de memoria ensangrantada."
Fito Paez.

Suelo leer con avidez la columna de Daniel Coronell en la revista Semana y este domingo no fue la excepcion, que sorpresa me lleve al saber de que hablaba: uno de los muertos de la toma del palacio salió vivo y a los dias lo encontraron entre las ruinas y muerto, esa toma es un capitulo oscuro y turbio de nuestra historia y nos han querido contar una verdad muy amañada , que verdad amañada: todo lo que cuentan es mentira, pero gracias a Dios lo que dice un proverbio africano es cierto: "la mentira puede correr cien años, pero la verdad la alcanza en un día" acá hay varios enlaces desde www.semana.com a una verdad que muchos ven y esconden y que otros nunca han visto.
Carlos Horacio Uran sale vivo del palacio de justicia.
http://www.semana.com/wf_VerMultimediaMenu.aspx?IdArt=105903&IdMlt=288&Res=Alta
Viuda del magistrado Uran identifica a su esposo saliendo con vida del palacio.
http://www.semana.com/wf_VerMultimediaMenu.aspx?IdArt=105903&IdMlt=289&Res=Alta
Nicolás Pájaro rememora la tragedia.
http://www.semana.com/wf_VerMultimediaMenu.aspx?IdArt=105903&IdMlt=290&Res=Alta
Analisis a los videos
http://www.semana.com/wf_VerMultimediaMenu.aspx?IdArt=105903&IdMlt=291&Res=Alta
Militares que comandaron la retoma
http://www.semana.com/wf_VerMultimediaMenu.aspx?IdArt=105903&IdMlt=292&Res=Alta
Tras las huellas de un desaparecido del Palacio de Justicia
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=96593

sábado, 18 de agosto de 2007

Mi escudo y mi lanza

Esta es una canción de Carlos Vives que podran encontrar en el CD "dejame entrar"

Papadió

Se pierde la memoria
todo vuelve a empezar
me olvido de la piedra
y me vuelvo a tropezar
el miedo, el egoísmo
el prejuicio racial
y siempre habrá una historia
para justificar.


Que somos diferentes
no lo voy a objetar
respeto tus creencias
tu forma de pensar
pero algo estoy seguro
y no lo puedes negar
que todos somos hijos
de un mismo papá.


Quién me da la vida
Papadió
quién me la bendiga
Papadió
quién me da la luna
Papadió
la buena fortuna
Papadió

Que el dinero es muy bueno
no lo voy a negar
y que a todos nos gusta
es la purita verdad
pero no se compara
a tu manera de amar
y hay cosas que en la vida
no se pueden comprar.


De las buenas costumbres
se quieren olvidar
se juegan a la tierra
y algo quiere explotar
esconden a los viejos
se nos vuelve a pasar
que un poco de memoria
nos pudiera salvar.


Quién me da la vida
Papadió
quién me la bendiga
Papadió
quién me da la luna
Papadió
la buena fortuna
Papadió
mi escudo y mi lanza
Papadió
toda mi esperanza
Papadió


Te encuentro en la sonrisa
y en los ojos de mis hijos
en el amanecer
y en el llanto de un amigo
un cuerpo de mujer
que me hace decir tu nombre
y el canto de mi pueblo
que me hace gritar ay hombe.


El fin de la guerra
Papadió
la paz en mi tierra
Papadió
mi escudo y mi lanza
Papadió
toda mi esperanza
Papadió


No insistas en las cosas
que te pueden dañar
que Marte está muy lejos
no se puede habitar
mejor piensa en la tierra
que aún se puede arreglar
que un poco de cariño
nos pudiera salvar.

jueves, 9 de agosto de 2007

Cali!









Cali es la ciudad donde vivo desde el 8 de diciembre de 2004, 4 días después de casarme, realmente nunca había siquiera pensado en la posibilidad de vivir aquí, no por nada malo, solo que está bastante lejos de mi Sincelejo del alma, yo lo más al sur que había llegado del país era Bogotá, pero acá estoy y al parecer aquí me quedo por un buen tiempo (no sabemos que tendrá Dios dispuesto), y hoy ando con el procaliísmo alborotado por lo cual enumeraré algunas de las muchísimas cosas que me gustan de Cali, ve!
1. Mi marido (pues por quien sino por él me vine hasta por acá)
2. Homero, mi perro que es nuestro hijo.
3. El pan de bono, top 3 en orden descendente: cien años del pan de bono (como es de rico pasar por sameco viniendo por la autopista Cali-Yumbo y sentir ese delicioso olor), Paola: fue lo primero que comí la primera vez que estuve en Cali que bienvenida más buena, La California: paseíto dominguero en sudadera, con Leonardo y Homero a comprar el desayuno.
4. El olor de mi calle cuando los árboles de pachulí liberan ese delicioso aroma en las nochecitas.
5. La gente que es alegre, bulliciosa, bacana, espontánea, bonita!
6. Que quede tan cerquita de Palmira (que es donde trabajo).
7. La lulada de tentempié, supongo habrán otras mejores y más baratas pero solo he probado esta, ah y la que yo hice una vez (pero no aplica).
8. Los buses que siempre llevan puesto (por lo menos los que yo cojo).
9. El clima, que aunque últimamente ha estado loco, es un loco bueno.
10. Las cabalgatas por el Pance en los caballos de la z.
11. El Pance, con su agua tan cristalina y fría, y la locura que produce en mi perro cuando lo ve.
12. Los frijoles, que ricos los hacen acá: Medellín perdóname pero Cali te ha desbancado, lástima que los mejores eran los que comía en el casino de Michelin y ya no trabajo allá, bua!
13. Los grafittis y murales en las calles, como me gustas Cali pintada y pensante.
14. Kukaramakara: mi madre!! Como canto yo en ese sitio, que además tiene un cuadro del Señor de los milagros de San Benito Abad en vez de uno del Señor de Buga!
15. Las empanadas gorditas y que se comen con limón, pensar que me parecía lo más raro cuando por televisión veía a la gente comerlas así.
16. la piscina de promedico en Rozo, por no hablar de la comida.
17. San Antonio con sus teatros, sus paletas de baileys, su iglesia desde donde se ve preciosa la sultana.
18. SOS, mi empresa, que me acogió y donde me he sentido como en casa.
19. Lo cerca que tiene esa maravilla que es la hacienda El Paraíso con su magnifica vista, donde hasta a los que no nos gustó la María lloramos oyendo a la guía recitar aquellos hermosos poemas.
20. El río Cali atravesando parte de la ciudad, con sus riveras tan verdes y tan frescas, que ya pronto podremos visitar todos.
21. El teatro Jorge Isaac.
22. Que si le preguntas a alguien en el bus por donde queda tal cosa, solo falta que se baje y te lleve.
23. El museo del transporte (queda en Palmira, pero como ya dije esta cerquita), que no solo tiene una locomotora y carros, motos, aviones y demás de todos los modelos y marcas, sino que además tiene semáforos y bombas de gasolina antiguos y unos dioramas gigantes, reales y hermosos.
24. El chontaduro con su sabor a bollo dulce.
25. Los aborrajados, las marranitas, el arroz atollado, y la reina de todo esto: LA TOSTADA: suerte de patacón delgaditico y gigante que se come solo, o con guiso y lógicamente haciendo comida fusión: con suero.
26. Caminar por el centro, pasar por el que era el edificio de la FES: divino, por la iglesia de La Merced, que fue, como dice todo caleño: donde se casaron Margarita Rosa y Carlos Vives, los costeños diríamos: el gallito y la niña mencha.
27. El viejito casi calvo que la recorre con saco, corbata y bastón, que además un día cuando di un paso atrás sin fijarme me regañó diciendo (pongan voz de viejito) mire para atrás cuando echa la reversa.
28. El olor a Kola Granulada cuando uno pasa por San Nicolás.
29. Las macetas, que hasta antes de julio de 2005 para mi eran esos recipientes de barro cocido con un hueco en el fondo donde uno siembra matas, y ahora son esa colección de dulces y muñecos que la gente magistralmente ensarta en un palo y los padrinos le regalan a los ahijados: Andrés Felipe te prometo que el próximo año te llega la tuya.
30. Los Farallones que últimamente se ven más claros, e imponentes que nuca.
31.El zumo de uva, y la uva Isabela que es tan barata y tan rica.
32. La salsa, que acá se oye, se baila y se hace muy buena.
33. Los conciertos: al fin vivo en una ciudad donde la gente que me gusta viene a cantar, yupi!
34. Los loquitos de siempre.
35. El vino y las tablas de queso.
36. Venir por la recta Cali-Palmira y sentir que si sacas la lengua te cae un terrón de azúcar: que olor tan dulce, realmente te sube la glicemia.
37. El fútbol: América y Cali a ganar, aquí no s puede empatar.
38. La ciclovía.
39. El jugo de lulo, que es bien distinto de la lulada, y que yo mientras viví en la costa nunca quise tomar, porque lulo me rimaba feo.
40. El plato navideño en las novenas, esos kilitos se suben con gusto en diciembre.
41. El hablao caleño mirá!
42. Mis suegros y mi cuñada que son mi familia en estas tierras.
43. Cristo Rey y las tres cruces tutelandonos y Sebastian apuntando, ¿pa' onde?.
44. Que de verdad lo único malo que le he encontrado es que quede a 18 horas de Sincelejo, claro podría quedar a 36.
45. La gente que ha venido de otras partes, como yo, y se ha amañado y trabaja cada día por una Cali linda y justa.
46. Me faltan todavía un millón de cosas más, pero estas son la primera entrega!









martes, 7 de agosto de 2007

Mujer: propiedad y objeto.

Hace unos días oí esta noticia: una niña de 10 años tiene 15 semanas de embarazo, diez años: una pequeñita, pero eso no era todo la madre (¿madre?) dijo que el padrastro (es decir su marido) la violaba desde hacía 3 años (tenía entonces siete años: se acuerdan que chiquitos e inocentes éramos a esa edad?), y cuando ya se cansó la regaló (palabras textuales) a un amigo, como cuando tenemos una camiseta que aun sirve pero ya no nos gusta se la regalamos a alguien que le de mejor uso, y sí esta niña no queda embarazada las autoridades no se enteran nunca. Hace más de un año una mujer decidió dejar al marido, por los motivos que fueran (lamentablemente los hechos demostrarían cuanta razón tenia) ella trabajaba en salud publica de Cali y estando cumpliendo con sus funciones el animal herido que tenía por exmarido la mato a tiros. Una mujer que era compañera de un guerrillero fue atacada por miembros de las autodefensas, la golpearon, violaron y marcaron en las extremidades con la sigla: AUC y no fue con un tatuaje: le hicieron cortes con una cuchilla, fue una forma de ofender el orgullo del enemigo vapuleando su preciada posesión. Un ganadero compró una niña virgen de 15 años a su madre por la módica suma de $ 100.000, pagó como cuota inicial $ 50.0000, luego de hacer uso de nueva adquisición se negó a pagar el resto: la mercancía había sido usada previamente. Podría yo citar múltiples ejemplos sacados de las realidades de todas las esquinas del mundo para ilustrar el tema, la mujer ha sido y es vista aún como un objeto que puede ser negociado, usado, regalado o desechado, que no tiene derecho a decidir por si misma y esta cadena se perpetúa día a día con la complicidad de muchas de nosotras, de la mujer que acepta que el marido viole a la hija a cambio de que no se vaya, de la madre que ve en la virtud de la hija la oportunidad de hacer negocio, y no hay políticas claras para frenar esto porque se ve como una actitud cultural, y es que aunque unos lo nieguen la mayoría piensa que cada vez que una mujer es usada de esta forma: es mía o de nadie, o como campo de batalla, es ella quien ha incitado al hombre a hacerlo, yo hice el internado en un hospital que en una edificación atendía a los adultos y en otra a los niños, razón por la cual me extrañé al llegar a la urgencia de adultos y ver a una niña como de 8 años, al preguntar que hacía ella ahí me contaron que realmente tenía 10 años y que esperaba al medico legista porque su primo de 27 años la había violado, lógicamente esto causó una conmoción entre el personal y más tarde comentamos al respecto, uno de mis compañeros soltó entonces esta perla: “es culpa de la niña, porque ella le decía que estaba enamorada de él y que quería ser su novia”, le dije par de cositas al tipo, pero el no es la excepción que confirma la regla, él es la regla que hace que cada día esta bola de nieve crezca más y más y la única forma de pararla es con educación, desaprendiendo viejos conceptos y enseñando a los niños y adolescentes otra óptica de la mujer, la verdad a mi me gustaría esperar ayuda por ejemplo del senado de la republica con proyectos de ley que den una mano en esto pero unas personas que son capaces de negar el derecho patrimonial a las uniones del mismo sexo son capaces de negarle a la mujer el derecho a ser tratadas dignamente.

viernes, 3 de agosto de 2007

En estos días de violencia feroz vale traer a colacion esto que escribiera Miguel de Cervantes Saavedra que lo leí cuando tambien había sido traido a colacion por Hector Abad Faciolince"Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería, a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención, con la cual dio causa que un infame y cobarde brazo quite la vida a un valeroso caballero, y que sin saber cómo o por dónde, en la mitad del coraje y brío que enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala (disparada de quien quizá huyó y se espantó del resplandor que hizo el fuego al disparar de la maldita máquina) y corta y acaba en un instante los pensamientos y vida de quien la merecía gozar luengos siglos".

sábado, 7 de julio de 2007

GIOVANNI QUESSEP





La alondra y los alacranes

Que estás en un lugar de Suramérica
No estamos en Verona
No sentirás el canto de la alondra
Los inventos de Shakespeare
No son para Mauricio Babilonia
Cumple tu historia suramericanaEspérame desnuda
Entre los alacranes
Y olvídate y no olvides
Que el tiempo colecciona mariposas




AUTODEFENSA DE UN CABALLERO DEL SIGLO XX

Señores del jurado
Soy un gentleman(Léase en español caballero inocente)
Confieso
Que aún entre las manos
Llevo la lanza púrpura
Y en escudo y espada
La sangre destellando
Pero ha sido en defensa de mi dama
Tuve que hacerlo
Matar ogros enanos al viejo Arcalaús
Para desencantarla
No comprendo
Por qué queréis mi muerte
(da Duración y leyenda, 1972)


AUTODIFESA DI UN CAVALIERE DEL SECOLO XX

Signori giudici

Sono un gentleman(Si legga in italiano un cavaliere innocente)
Confesso
Che ancora fra le mani
Porto la lancia vermiglia
E sullo scudo e sulla spada
Il sangue scintillante
Ma è stato in difesa della mia dama
Ho dovuto farlo
Uccidere orchi gnomi il vecchio Arcalaus
Per liberarla dall'incantesimo
Non capische
Perché desiderate la mia morte


ALGUIEN SE SALVA POR ESCUCHAR AL RUISEÑOR

Digamos que una tarde
El ruiseñor cantó
Sobre esta piedra
Porque al tocarla
El tiempo no nos hiere
No todo es tuyo olvido
Algo nos queda
Entre las ruinas pienso
Que nunca será polvo
Quien vio su vuelo
O escuchó su canto
(da Duración y leyenda, 1972)

QUALCUNO SI SALVA ASCOLTANDO L'USIGNOLO

Diciamo che una sera
l'usignolo cantò
su questa pietra
perché nel toccarla
il tempo non ci nuoce
Non tutto è tuo oblio
Qualcosa ci rimane
tra i ruderi credo
che non sarà mai polvere
colui che ne ha visto il voloo
ne ha ascoltato il canto

CERCANÍA DE LA MUERTE

El hombre solo habita
Una orilla lejana
Mira la tarde gris cayendo
Mira las hojas blancas
Rostro perdido del amor
Apenas canta y mueve
La rueda del azar
Que lo acerca a la muerte
Extranjero de todo
La dicha lo maldice
El hombre solo a solas habla
De un reino que no existe
(da Canto del extranjero, 1976)

VICINANZA DELLA MORTE
L'uomo solo abita
una riva lontana
guarda la sera cupa che finisce
guarda le foglie bianche
Volto perduto dell'amore
appena canta e muove
la ruota della fortuna
che lo avvicina alla morte
Straniero in tutto
maledetto dalla gioia
l'uomo solo in solitudine parla
di un regno che non c'è

CANTO DEL EXTRANJERO

Penumbra del castillo por el sueño
Torre de Claudia aléjame la ausencia
Penumbra del amor en sombra de agua
Blancura lenta
Dime el secreto de tu voz oculta
La fábula que tejes y destejes
Dormida apenas por la voz del hada
Blanca Penélope
Cómo entrar a tu reino si has cerrado
La puerta del jardín y te vigilas
En tu noche se pierde el extranjero
Blancura de isla
Pero hay alguien que viene por el bosque
De alados ciervos y extranjera luna
Isla de Claudia para tanta pena
Viene en tu busca
Cuento de lo real donde las manos
Abren el fruto que olvidó la muerte
Si un hilo de leyenda es el recuerdoBella durmiente
La víspera del tiempo a tus orillas
Tiempo de Claudia aléjame la noche
Cómo entrar a tu reino si clausuras
La blanca torre
Pero hay un caminante en la palabra
Ciega canción que vuela hacia el encanto
Dónde ocultar su voz para tu cuerpo
Nave volando
Nave y castillo es él en tu memoria
El mar de vino príncipe abolido
Cuerpo de Claudia pero al fin ventana
Del paraíso
Si pronuncia tu nombre ante las piedras
Te mueve el esplendor y en él derivas
Hacia otro reino y un país te envuelve
La maravilla
¿Qué es esta voz despierta por tu sueño?
¿La historia del jardín que se repite?
¿Dónde tu cuerpo junto a qué penumbra
Vas en declive?
Ya te olvidas Penélope del agua
Bella durmiente de tu luna antigua
Y hacia otra forma vas en el espejo
Perfil de Alicia
Dime el secreto de esta rosa o nunca
Que guardan el león y el unicornio
El extranjero asciende a tu colina
Siempre más solo
Maravilloso cuerpo te deshaces
Y el cielo es tu fluir en lo contado
Sombra de algún azul de quien te sigue
Manos y labios
Los pasos en el alba se repiten
Vuelves a la canción tú misma cantas
Penumbra de castillo en el comienzo
Cuando las hadas
A través de mi mano por tu cauce
Discurre un desolado laberinto
Perdida fábula de amor te llama
Desde el olvido
Y el poeta te nombra así la múltiple
Penélope o Alicia para siempre
El jardín o el espejo el mar de vino
Claudia que vuelve
Escucha al que desciende por el bosque
De alados ciervos y extranjera luna
Toca tus manos y a tu cuerpo eleva
La rosa purpúrea
¿De qué país de dónde de qué tiempo

Viene su voz la historia que te canta?
Nave de Claudia acércame a tu orilla
Dile que lo amas
Torre de Claudia aléjale el olvido
Blancura azul la hora de la muerte
Jardín de Claudia como por el cielo
Claudia celeste
Nave y castillo es él en tu memoria
El mar de nuevo príncipe abolido
Cuerpo de Claudia pero al fin ventana
Del paraíso
(da Canto del extranjero, 1976)

CALLAR ES BELLO

Callar es bello, a veces,
en la desdicha, cuando el alma
reconoce sus flores
en la muerte encantada;
y oír apenas esa música
de los jardines en desvelo,
mientras caen las hojas
que nos llevan, insomnes, a otro tiempo.
Callar es bello, entonces,
oír el polvo amado
que pasa por un cielo innumerable
en la noche mortal o el desencanto.
Nada decir, mirar en sueños
la penumbra del bosque,
como un ala que se abre
desde el azul profundo de sus flores.
Oh tú que reinas en la noche,
rosa del paraíso que no vuelves,
déjame oír tu mágico embeleso
por los caminos de la nieve.
Dime, ¿qué azul me guardará en tu cuerpo
perdido, dime, hay otra forma
de no morir sino es el canto
que se desvela a solas?
Callar es bello en la desdicha
bajo la sombra enajenada,
y esperar a que cierre nuestros ojos
el cielo interminable de las fábulas.
(da Madrigales de vida y muerte, 1978)

EPIFANÍA DEL AZUL

Hay un color azul detrás de la casa,
pero no sabes ya de dónde ha venido:
De una barca sembrada de violetas
o del almendro que se abre como un palomar.
Entonces ya no sabes de dónde vino todo,
quién hizo el vuelo de los pájaros
o los sueños de la bella que duerme,
¿quién te mira escondido detrás de la memoria?
En el color te acercas hasta el origen
de lo que ya no tiene huella,
sales al patio y tocas su epifanía
que sube por tus manos como la vez primera.
(da Muerte de Merlín, 1985)

ENTRE ÁRBOLES

Si eres tú la que busco
ven en la noche de perdidos reflejos,
si eres el cuerpo amado
ven entre árboles, entre canciones.
Aquí te espera un tiempo
desposeído de sus fábulas,
un cuerpo castigado por la vida
y las zarzas de los caminos.
Si eres tú la que vienes
déjame una señal entre los árboles:
un velo blanco, una huella en el polvo
me bastarán en mi miseria.
Ven que la muerte espera,
como floresta magnífica espera la muerte;
si eres tú la que busco
ven protegida por un cielo.
(da Muerte de Merlín, 1985)

MUERTE DE MERLÍN

Entre bosques el reino ha concluido.
No tiene sino puertas con herrumbre.
El sortilegio era falso, los encantadores
yacen bajo el espino blanco.
Sin embargo - para quien pueda ver
a través de sus párpados de escarcha -,
existe un rincón desconocido
que brindan la constelación y la rosa.
Aquí el laurel no habita
sino el veneno azulado de la mandrágora
y el tiempo guarda sus libélulas
para dorar los ojos de los muertos.
(da Muerte de Merlín, 1985)

METAMORFOSIS DEL JARDÍN

Del jardín en verano
nos queda la ceniza,
apenas ese abismo
desde donde no vemos sino tréboles blancos.
A pesar de la muerte
alguien canta a un país desconocido,
acaso sea su duelo la ventura,
aquel destino que nos fuera negado.
Todo es ya polvo en nuestras manos,
canción: no busques ya ni esperes;
tengamos la libélula y no soñemos la estación que dura.
El jardín sin escalas
guarda bienes y males,
mas, ¿no había aquí una primavera,
un cuerpo que pasaba entre los árboles?
(da Muerte de Merlín, 1985)

APÓCRIFO ALEJANDRINO
En sueños invocó
Su nombre el Caballero,
y vio en sueños el Blanco Libro de la agonía.
Al despertar, no hallaba el sol de Alejandría,
y confundió sus manos con el libro postrero.
Leyó entonces su fábula y otras fábulas, sus
vigilias le enseñaron que nada es verdadero,
ni la tiniebla de oro donde viera a Jesús,
ni el escudo de plata que dejó ciego a Homero.
(da Carta imaginaria, 1998)

CARTA IMAGINARIA
(De Ulises a Nausica)

Vivo en un reino milenario. El cielo
pasa sobre las torres como un agua
llena de cantos.
Puedo ver la luna
que rodea a los pájaros, la piedra
donde alguien escribió que todo es vano,
que el hilo de las túnicas se pierde
y no retorna nunca. Tamarindos
había que en sus hojas anunciaban
un dolor y una música a las reinas
que venían del agua más profunda.
Y había la mañana, el mediodía,
los jardines de piedra, el cactus negro.
Tengo aún en mis manos una rama
plateada por la muerte, y una historia
que habla de los que fueron. Las murallas
de la ciudad recuerdan todavía
una nave que estuvo en otra orilla
anclada por el peso de mis viajes
entre sombras, lotófagos, demonios.
Si supieras, Nausica, cómo ha sido
mi vida desde entonces: nada grata
para quien vio la flor de los granados
y la esparció en su lecho y su memoria,
mientras cantaba el ciego al que ofrecieron
una silla de cedro y una fábula.
Tú me guiaste a la ciudad, desnudo,
sólo cubierto por el mar de arena
y por hojas de luz de su hondo prado
para contar mi gloria, mi infortunio.
Te seguí, como dios que me creía,
soñando con mi isla venturosa
donde había dejado tres colores
y un patio y una vid y a mis amigos.
Pero la Reina no esperó mi nave,
la soñó bajo el agua deseada,
y soñó mi esqueleto deslumbrado
por nácares y peces y penumbras
donde cae la tarde y la madera
no es sino puente de un jardín en sombra.
En mi sueño me vi,
Rey abatido
por la espada que guardo aún oculta
para el Rey extranjero. Soñé enconces
que moriría lejos de mi patria,
que no volvería a ver en los espejos
las calles de mi Ítaca y el vuelo
que prepara mi arco en esa dicha
perfecta de las olas y las piedras.
Vivo en un reino milenario, es cierto,
sólo un mar de jazmines me rodea.
Salgo a los bosques cuando el cielo teje
la medianoche, solo y en silencio
con mi vida: el destino no me deja
lanzar mi flecha, como yo quisiera,
al corazón del jabalí y la luna:
nunca doy en el blanco, y sólo puedo
pensar en ti, Nausica. Los feacios
jamás supieron ver en el relato de Demódoco, el ciego, que tuvieran
en su sala de sándalo al más pobre
y más desencantado navegante.
Yo no escuché la historia de mis viajes,
pues veía en tus ojos otra historia,
y esa noche soñé con un vestido
que adoraban tus manos, y una espada.
De lo demás, Nausica, no quisiera
acordarme: la nave hecha pedazos,
los marineros muertos y un fantasma
vagando entre los pinos de la isla.
Los pinos de la isla eran tan bellos,
y ya no tengo cerca ni su sombra.
Itaca fue un jardín, y hoy sólo escucho
cantar a las serpientes; ramas duras,
endrinos y no almendros, y la piedra
donde alguien escribió que todo es vano.
(da Carta imaginaria, 1998)

EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE
Si estamos solos,
si la orfandad divina es esa llama
que nos hace perder lo que tuvimos
en el jardín.
Si la penumbra
nos deja sin su vuelo de palomas,
y el cristal que nos hiere es esta luna
leve y violenta.
¿Por qué tanto deseo de estar vivos
entre las flores?
Nadie nos llama del país lejano
virgen y eterno.
Si ha muerto el aire
de tu gracia, y ya no te compadeces
de la miseria que nos da su vinotan bello y triste.
¿Por qué seguir contándonos la fábula
que en la memoria
nos decía de dioses y de hadas
tristes y bellos?
¿Para qué amarnos
si el día pasa y no retorna nunca,
y lava nuestros huesos, y en la hora
de nuestra muerte
no cree en la maravilla de los lirios
que nos llevaron
en la barca que apunta al otro reino
solo y perpetuo?
Dejémoslos pasar
como las estaciones de un castillo
que ya tuvo su invierno y su verano
contra la dicha.
Ah, tú, felicidad, ¿de dónde vienes?
¿De tu solar en ruinas?
¿Por qué llamas
si ya todo en nosotros se ha perdido,
lirios y rosas?
¿No es nuestra vida el ala de unos pájaros
que vuelan en el fondo de un espejo?
Sólo hay dolor y polvo en su silencio,cristal y brasas.
(da Brasa lunar, 2004)

PATIO DE NIÑOS
La luz viene del aire
en las alas de un pájaro.
No dispares tu honda:
vendría la noche eterna,
fin de mundo, comienzo - para siempre -
de la mortal, celeste llamarada.
(da Brasa lunar, 2004)

MONÓLOGO DE SHEREZADA

Ya no quiero palabras, sólo un largo
silencio. ¿Entre las ruinas quién decide
contarse y contar a otros? El desierto
nos rodea, las dunas son ardientes.
Todo muere de sed.
¿Quién quiere fábulas?
Mas, hay alguien que dice, ésta es la luna
de las leves almenas,
y, a nosotros, perdidos, nos olvidan
en medio de la peste.
Damos gracias a Dios, y a Sherezada
que recomienza había una vez un Rey...
(da Brasa lunar, 2004)

viernes, 6 de julio de 2007

febrero 16 de 2003

Escribir para no morirme, escribir no se de que porque esta esfera azul flotando en uan esquina del universo tiene mucha tela que rayar a lapicero, no a la guerra en irak, no al glifosato, no a la gente que no abre los ojos, no al dolor, no a la muerte, no. Pero no se si escribir eso o de la terrible injusticia que es darle al tigre de bengala en la Inidia miles de kilometros de selva para que coma vacas, venados o lo que sea que allí haya para comer mientras que los hombres de la zona, pobres hombres, mujeres y niños desnutridos viven en las esteriles tierras que rodean el territorio del tigre y no pueden trangredir sus limites porque tienen cerebro humano y piensan como humanos y se les reprocha como a humanos, y el territorio del tigre es sagrado, pero el dueño de la selva como tiene cerebro de animal y no piensa (supuestamente) no se le puede reprochar como a un humano, si puede aburrirse de su jungla fertil que no cultiva y llegar cerca de los ranchos de los hombres-hueso y comer sus animales y destrozar sus cultivos y sembrar el terror, ¿será que 500 o 100 o 20 trigres de bengala se merecen tanta tierra fertil mientras que estos humanitos entre millones que habitan el planeta por no ser una especie en extincion merecen morir añorando la tierra que no pueden sembrar? y no tengo nada contra el tigre, me encantari ver uno, y no es justo que lo cacen, ni que se coman sus huesos para curar la impotencia, ni que mis nietos solo oiganq ue una vez existio, pero a donde queda el concepto de igualdad y de justicia? no existen.
Cuando yo tenia 17-18 años andaba extraviada en mi estrecho mundo de inconvenientes tenía a Delia para reir y para llorar, para hablar bobadas y querer largarme y tener que tragarme las ganas porque mi cobardia congenita simpre ha sido más grande que todos mis sueños, pero ella estaba ahi con su mirada triste escuchando, aprobando o reprobando con el mismo gesto indefinible, con su voz llorona y sus gritos de agua, acompañando mi dolor y mis frustraciones de niña vulnerable y vulnerada, estuvo siempre como el salvavidas espinoso que me hizo daño a veces pero no me dejó sucumbir a la oscuridad de mi locura, mirar aquella epoca es com esa vision de segundos que tuvo la mujer de lot antes de volverse sal y sentir que soy una sobreviviente, sobrevivir fue lo que hice en Cartagena con mucho más interés que aprender medicina y Delia con su mala memoria, sus historias inverosimiles y sus más inverosimiles histeriasestuvo ahi como.. no se con que compararla pero estuvo siemrpe ahí para que mi dolor de vivir doliera menos, ahora cuando convivir conmigo ya no es tan dificil ellá está muy lejos y ya no escucha mis historias, pero como es previsiva me ragaló este cuaderno para que tantos pensamientos no me estrangulen la mente.
Andrés felipe ya tiene seis años y no puedo dejar de pensar como habrá que explicarle quien es su papá y por que no vive con el y nunca lo ha visto, ¿qué pasará por su mente ahora?, será que no lo sabe o como a veces pienso por sus actitudes sencillamente eso nos hace creer porque así es más fácil, a su edad yo me recuerdo como un ser pensante y complicado que lo reflexionaba todo, lo notaba todo y lo peor desde entonces empencé a sentirme culpable por todo, se dará cuenta esta personita personita tambien de todo? le dolerá? me siento como una tierra esteril sobre la que se echa semilla cara que nunca nace, leí puericultura, traté de aprender todo sobre problemas infantiles y mi pequeño reto está ahí y yo no me decido a ayudarlo para que su infancia no le duela cuando sea grande como me duele a mi.

jueves, 28 de junio de 2007

Los nadies - Eduardo Galeano

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy, ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Gonzaloarango

Quiero que mis papás lean esto que le escribio gonzaloarango a los suyos, y que a mi desde el primier dia que lo lei en una cuaderno de Delia Marta María me ha causado una gran impresion:

“Me faltarán palabras y siglos para bendecir los ojos azules y arcanos de mi madre, y los ojos negrísimos y fulgurantes de mi padre, y ese momento palpitante de angustia y de placer en que me miraron y me vieron, y yo caminé desde el abismo de mi posibilidad en dirección a la Tierra a través de relámpagos, túneles y un firmamento de truenos que saludaron mi llegada a la vida por entre un cálido laberinto de vísceras y venas que acreditaban las dulzuras del mundo, la inefable belleza de un reino bajo el sol, a cuyo conocimiento sacrifiqué desesperadamente la razón para llegar a él”.

sábado, 23 de junio de 2007

Cesar Vallejo


Unos cuantos escritos de este poeta peruano.



Piedra negra sobre una piedra blanca


Me moriré en París con aguacero,

un día del cual tengo ya el recuerdo.

Me moriré en París

y no me corro tal vez un jueves,

como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso

estos versos, los húmeros me he puesto

a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,

con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban

todos sin que él les haga nada;

le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos

los días jueves y los huesos húmeros,

la soledad, la lluvia, los caminos...





XIII
Pienso en tu sexo.

Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,

ante el hijar maduro del día.

Palpo el botón de dicha, está en sazón.

Y muere un sentimiento antiguo

degenerado en seso.
Pienso en tu sexo, surco más prolífico

y armonioso que el vientre de la Sombra,

aunque la Muerte concibe y pare

de Dios mismo.

Oh Conciencia,

pienso, sí, en el bruto libre

que goza donde quiere, donde puede.
Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.

Oh estruendo mudo.
¡Odumodneurtse!





Todos mis huesos son ajenos;

yo tal vez los robé!

Yo vine a darme lo que acaso estuvo

asignado para otro;

y pienso que, si no hubiera nacido,

otro pobre tomara este café!

Yo soy un mal ladrón... A dónde iré!

Y en esta hora fría, en que la tierra

trasciende a polvo humano y es tan triste,

quisiera yo tocar todas las puertas,

y suplicar a no sé quién, perdón,

y hacerle pedacitos de pan fresco

aquí, en el horno de mi corazón ...!